En el siglo II de nuestra era, el filósofo platónico CELSO emprendió la defensa de los valores de la cultura pagana frente al cristianismo, que había logrado afianzarse entre las clases inferiores y amenazaba los ideales del sistema helenista y de la filosofía clásica. Traducido y preparado por Serafín Bodelón, EL DISCURSO VERDADERO CONTRA LOS CRISTIANOS centra sus principales ataques doctrinales sobre el relato de la creación (al que se tilda de infantil), las profecías (cuyo determinismo implícito se opone a la libertad individual), la idea de un Dios antropomorfo o la resurrección de los cuerpos, y realiza una defensa a ultranza de la religión y de las instituciones del estado romano, subrayando el peligro que implica la negativa de los cristianos a participar en su organización.