Una forma de estudiar la Historia, muy adecuada cuando nos referimos al caso de España, es analizar los grandes hechos que tuvieron lugar en los campos de batalla. Nombres como Ceriñola, Garellano, Terceira, San Quintín, Lepanto o Nördlingen han marcado nuestra imagen colectiva en el escenario mundial. Sus ecos y trascendencia resultan decisivos para configurar lo que fuimos y, en consecuencia, lo que ahora somos. Partiendo de la afirmación de Clausewitz, que consideraba a las grandes batallas como el «centro de gravedad de la guerra» y a la guerra como «la continuación de la política por otros medios», en este libro se recogen de forma clara, explicativa y condensada una serie de victorias militares que ocupan el amplio periodo que va desde Las Navas de Tolosa (1212) hasta Bailén (1808), y subrayan de manera especial los Vientos de gloria que sellaron el destino de una España importante en el concierto mundial, cuando sus ejércitos tuvieron que combatir en muchos países y defender las fronteras de un extenso imperio.