Vida de Dostoyevski por su hija posee todas las virtudes que puede albergar la autoría de Aimée: cercanía, profundidad y conocimiento de primera mano. Incluso una posible -y aceptable- acusación de subjetivismo no haría sino cimentar aún más la relevancia de este retrato de Dostoyevski. No se trata de analizar de forma objetiva la vida del célebre autor, sino de conocerle como le conoció su hija, de estar tan cerca de él que uno pueda permitirse el lujo de comentar que le ha tratado. ¿Cómo era realmente la persona, más allá del escritor? ¿Cómo era su rutina? ¿Cómo encaraba la vida? ¿A qué autores admiraba, a cuáles trataba y a quiénes detestaba? ¿De dónde nacen sus obras? ¿Qué tenía Dostoyevski que le ha hecho pasar a la historia como un clásico ya consagrado? Los detalles inéditos que doy en mi libro sobre la vida de mi padre pueden sugerir a los admiradores de Dostoyevski nuevos estudios críticos sobre sus obras, y harán éstas más populares entre los lectores de Europa y América. Ni Aimée, pues, buscaba la fama fácil con la publicación de este libro, ni dejaba por eso de aportar datos y circunstancias absolutamente desconocidos para cualquier persona ajena a la intimidad del autor. Su intención, en fin, es dar a conocer al escritor lo más intensamente posible, para poder comprender con mayor profundidad su egregia obra.