Si se han podido inyectar miles de millones de dólares en el sistema bancario mundial en un intento desesperado por estabilizar los mercados financieros, ¿por qué no se han podido unir las mismas fuerzas para afrontar la pobreza mundial y la crisis medioambiental? Sin dejar títere con cabeza, Slavoj iek realiza un análisis en el que enmarca los fallos morales del mundo moderno en los acontecimientos que marcaron la primera década de este siglo. Y halla respuesta en la conocida premisa de Marx sobre la repetición de la historia: primero como tragedia, después como farsa. Con los ataques del 11S y con el colapso global del crédito, el liberalismo ha muerto dos veces: como doctrina política y como teoría económica. "Primero como tragedia, después como farsa" es una llamada a la Izquierda para que se reinvente a la luz de nuestra desesperada situación histórica: el tiempo del chantaje liberal y moralista ha terminado.