Mauro Corona pasea por las calles desiertas de Erto, la aldea donde creció, en el corazón de los Alpes italianos. A su paso oye como las fantasmales casas gimen a través de sus puertas desvencijadas. Erto saltó a las primeras páginas de los periódicos en 1963, cuando una ola gigantesca sobrepasó el embalse del Vajont y barrió el valle. Fallecieron centenares de personas y los supervivientes fueron desalojados. Los caserones se quedaron vacíos. Sin embargo, cuando Mauro Corona invoca sus recuerdos, Erto revive. De su mano, el fuego vuelve a bailar en hogares que han perdido el techo. Aparecen músicos, herreros, adolescentes en plena primavera, jugadores empedernidos, recios bebedores, imbatibles campesinas, villanos, diablos y héroes anónimos. Mauro Corona consigue un milagro, aunque sea efímero: a lo largo de estas páginas, gritos, risas y sollozos resuenan de nuevo entre las paredes de los viejos fantasmas de piedra. AUTOR: Mauro Corona (Piné, provincia de Trento, 1950) nació en el carromato de sus padres, vendedores ambulantes. A los seis años, se trasladó a Erto, aldea del Friul. Allí hizo amigos inseparables y descubrió su pasión por la montaña persiguiendo gallos lira con su padre. Todavía niño, se inició en la escalada. De su abuelo Felice aprendió los rudimentos de la talla de la madera. Una catástrofe marcó su entrada en la adolescencia, y el devenir de su pueblo: el 9 de octubre de 1963, una ola barrió el valle. Cuando años más tarde Mauro Corona abandonó los estudios superiores, regresó a un pueblo abandonado. Trabajó de peón en una cantera hasta que empezó a vivir de sus esculturas. Su otra pasión, la escalada, lo ha llevado a Groenlandia y a las míticas paredes de Yosemite. Empezó a publicar en 1997, a raíz de un encuentro con Claudio Magris y su esposa, Marina Madieri, que fue quien descubrió su talento narrativo. Mauro Corona cuenta ya con dieciséis libros. Y se esconde en su pueblo, Erto, hasta el punto que algunos dudan de su existencia.