Sevilla fue descrita por Cervantes como un tablero de ajedrez, ya que durante los siglos XVI y XVII fue uno de los centros esclavistas más importantes de España. Esta monografía contiene un análisis cultural de la esclavitud en la sociedad hispalense a través de los códigos visuales que los artistas diseñaron para su representación, que iban, desde unas posturas de paternalismo, hasta otras negativas que identificaba a los esclavos como violentos y asesinos.