Aunque la importancia internacional de la República Popular China (RPC) y su rápido crecimiento en el panorama global han sido ampliamente discutidos, estos análisis se han centrado en temas como las implicaciones sistémicas globales (Ikenberry, 2008; Schmidt (ed.), 2009; Bergsten, 2008; Breslin, 2005), la importancia bilateral específica de China (Hughes, 2009; Terada, 2010) o sus recursos internos (Shrik, 2007; Hsu, 2009). Recientemente han empezado a emerger análisis encaminados a determinar el diferente impacto de la RPC en la escena regional. Esto lleva a identificar cómo las decisiones que tome Beijing llevarán a conformar los rasgos estructurales y las dinámicas de las políticas clave del emergente multilateralismo y regionalismo asiático. En este contexto, la cuestión de hasta qué punto la RPC ha desarrollado una política de vecindad (o políticas de vecindad) distintiva e identificable similar a los esfuerzos empleados por la UE en su propia política de vecindad contribuiría a un mejor entendimiento de las implicaciones y cálculos regionales asociados con el auge de la RPC. Buscando deshacer la aproximación macro-regional de la RPC, este documento de trabajo se esfuerza en identificar si China ha llegado a desarrollar en la pasada década(s) una serie coherente de políticas encaminadas a identificar y organizar su vecindad de forma multilateral. Si un tipo tal de política china de vecindad puede ser identificada, es más probable que esté caracterizada por una serie diferente de objetivos y medios anclados en su relación específica con el Estado en cuestión y sus fronteras. Este documento por tanto se propone verificar la hipótesis según la cual la RPC ha generado una específica política de vecindad asiática cuyos hitos y métodos son similares a los de la Política europea de Vecindad, si bien los modelos que subyacen son radicalmente distintos.