Una buena alimentación es esencial en los primeros años de vida del bebé. Significa desarrollarse de manera adecuada y gozar de buena salud ahora y en el futuro inmediato. Si el niño adquiere unos buenos hábitos desde el comienzo, le resultará más fácil conservarlos durante la edad adulta, y disfrutará de una vida más sana y dichosa.