“Dedico este libro a mis nietos. Al empezar a escribirlo, tomé conciencia del valor simbólico que podía otorgarle: el de un testamento espiritual. ¿Qué quería contar a mis nietos acerca de la historia de este gran universo que ellos continuarán habitando después de mí? Este libro surge de las conversaciones con una de mis nietas en las noches de verano. Dialogamos bajo el cielo estrellado, que contemplamos cómodamente estirados sobre unas tumbonas. La contemplación de la bóveda celeste y la sensación de encontrarnos entre los astros provocan el deseo compartido de saber más acerca de este cosmos misterioso que habitamos. Este libro tratará cuestiones de ciencia, sin por ello excluir la poesía.” Hubert Reeves.