Este cuento está destinado a que las personas adultas veamos y entendamos el Alzheimer desde la perspectiva de una niña. A ellos no les importa la enfermedad, puede que no la entiendan o no sepan lo que es, pero no se avergüenzan de ella, tan solo quieren estar con sus seres queridos, sean como sean, algo que los adultos aún debemos aprender. Un texto emotivo ilustrado con gracia y soltura por Mai Egurza, una joven con talento cuya presencia en la literatura infantil y juvenil empieza a ser una constante.