El país norteamericano fue, junto a Francia, el gran escenario de las historias de arte vanguardista que se narran en el presente libro. Desde 1910 aproximadamente, el público y la crítica estadounidenses tuvieron que posicionarse ante la avalancha de obras de arte europeas que no dejaban de llegar y a menudo llevaban las firmas de Pablo Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró. Después de varios años investigando sobre el tema la información que ofrece este libro contribuirá a entender mejor cómo se fue fraguando el desembarco y triunfo de esos tres artistas universales. El ensayo analiza también cómo fue variando la fortuna crítica de los tres protagonistas a lo largo de las décadas siguientes, hasta los años setenta cuando ya no eran símbolos de radicalidad plástica sino venerables iconos de la historia del arte moderno.