En agosto de 1566, después de años de tensión entre Felipe II y sus súbditos neerlandeses, estalla en la práctica totalidad de los Países Bajos una virulenta revuelta iconoclasta. El movimiento comienza el 10 de agosto con el asalto al monasterio de San Lorenzo en Steenvoorde, en la zona sudoccidental del condado de Flandes. Al principio se atacan abadías y monasterios rurales, pero desde el 22 de agosto se asaltan iglesias de la importante ciudad de Gante. Con rapidez, la oleada de asaltos se extiende por todos los Países Bajos y afecta a grandes ciudades como Amberes, Malinas, Amsterdam, Leiden, Eindhoven, Valenciennes, Tournai, Groninga... Las noticias de lo ocurrido en Haarlem decidieron a Fadrique de Toledo a actuar de inmediato. La ciudad, situada entonces en un itsmo que separaba el norte y el sur de Holanda, era estratégica e importante con sus alrededor de 20.000 habitantes...