Ensayo en el que los economistas Beatriz Armendáriz y Jonathan Morduch analizan el impacto de las instituciones de microcrédito sobre la economía de los habitantes de regiones pobres del mundo. Los autores conceptualizan a las microfinanzas como una herramienta para permitir una mejor distribución de la riqueza y para proporcionar una mejor posición social a las mujeres.