Guillermo de Saint-Thierry, abad benedictino durante 25 años y luego monje cisterciense en Signy, es ante todo un director de almas. No es teólogo o filósofo de profesión. Escribe con finalidad práctica, espiritual. La Carta a los hermanos de Monte Dei, llamada «Carta de oro», fue atribuida durante mucho tiempo a san Bernardo. Dirigida a los cartujos, ha merecido durante siglos contarse entre las obras clásicas de espiritualidad. Los otros escritos, Tratado sobre la contemplación de Dios y Naturaleza y dignidad del amor, son más breves. El Tratado recuerda las «Exclamaciones» de santa Teresa o la forma íntima de conversación con Dios al estilo de las Confesiones de san Agustín. Naturaleza y dignidad del amor tiene carácter didáctico. Tema escogido para las conferencias dirigidas a los monjes, jóvenes en su mayoría, en realidad es un tratado sobre la caridad, especialmente en la dimensión de amor directo a Dios.