La escasa bibliografía sobre la obra de Balparda resulta chocante teniendo en cuenta las enconadas interpretaciones que aún suscita. Para los detractores del nacionalismo vasco fue el abanderado de un liberalismo democrático y sin complejos respecto a su españolidad. Para los nacionalistas fue un jacobino españolista y antivasco. Sin embargo, Balparda no sirve para ser invocado en los debates políticos actuales. Por mucho que la sociedad vasca siga pareciendo un campo de batalla entre nacionalistas, liberales y socialistas, escenario parecido al conocido por Balparda, éste pertenece a un tiempo diferente, aunque fascinante y esencial para comprender la configuración de las identidades vascas contemporáneas.