1962. La guerra había terminado en Argelia cuando Soraya llegó a Orly con sus dos hijos. Se han unido a Kader, el cabeza de familia, quien había llegado a Francia unos años antes para trabajar. Al igual que muchos otros inmigrantes, esperaba el milagro del boom de la posguerra. Desde los años 50, Francia se encontraba en plena recuperación económica, lo que favorecía la inmigración de portugueses, españoles y norteafricanos como mano de obra barata para la industria de la construcción y del automóvil. Nadie había pensado cómo acoger a estos nuevos proletarios que no tenían más remedio que vivir en las afueras de las principales ciudades. Kader vivía en el barrio de La Folie en Nanterre, donde la pequeña familia se instalará. Hervo Monique, activista y testigo de la época, vivió 12 años en La Folie, los barrios de chabolas más grandes y más precaria de Nanterre. En 1959, describió en su diario su llegada:.. "Miles de sábanas revueltas se mezclan con ladrillos rotos, en La Folie las ovejas pastan cerca de los escombros y la chatarra vieja está esparcida por la ciudad junto a los restos de los residuos arrojados por las empresas. Me paseo por el barrio. No me atrevo a entrar. Soy un intruso. [...] Situadas detrás del palacio de La Défense, un reluciente edificio blanco, aparecen miles de cabañas entre residuos y escombros. Las calles están vacías. Todo parece inerte.