La necesidad de conocer los propios orígenes es una constante en el ser humano. De ahí que una gran mayoría de los hijos adoptados, cuando tienen conciencia de serlo, intenten indagar acerca de sus padres biológicos, sin menoscabo del intenso amor que profesan a quienes ejercen como tales, con dedicación y entrega dignos de encomio.// Enrique J. Vila, a partir de su experiencia como adoptado y jurista, destapó en el estrado de la opinión pública el sangrante escándalo de los llamados niños robados. Desde 1988, esclareciendo la identidad de padres desconocidos o el paradero de hijos entregados o robados al nacer, ha denunciado en instancias judiciales y en los medios de comunicación situaciones lacerantes -como la existencia de mafias dedicadas al tráfico de bebés en nuestro país- que tras décadas de silencio han salido a la luz. Una senda procelosa, pero que ha arrojado valiosos frutos.// Sin embargo, aunque la eclosión del drama de los niños robados ha supuesto un loable movimiento en busca de la verdad, ha propiciado también un maremágnum de conceptos jurídicos que han inducido a una gran confusión. En este libro Vila Torres aclara esos extremos con un doble afán: orientar sobre los pasos concretos a seguir en la legítima búsqueda de los orígenes biológicos, y rendir al tiempo un sentido y emocionado tributo a hijos y padres adoptivos, protagonistas ambos de una bella historia que podría resumirse en la palabra AMOR.// En ocasiones la literatura une a sus innegables bondades la de convertirse en un formidable instrumento en pro de la sociedad. La obra de Enrique J. Vila así lo atestigua.