En 1948, se editaba en la imprenta Casa Martín el libro Tradiciones universitarias. Historias y fantasías redactado por el entonces director del Museo Arqueológico de Valladolid, instalado en el edificio del antiguo Colegio de Santa Cruz, don Saturnino Rivera Manescau (m.1957). Constaba de veinte estudios o relatos dedicados a rememorar viejas historias extraídas de los papeles del archivo universitario, adobados con gracejo e imaginación literaria. El punto de partida de su trabajo arrancó en 1924 cuando publicó su artículo sobre El modelo del licenciado Vidriera cervantino, animado sin duda por la idea que había tenido don Narciso Alonso Cortés de ir publicando -1912, 1919, 1921 y sucesivamente- series de pequeños, o no tanto, estudios literarios o históricos de temática vallisoletana que fue agrupando bajo el epígrafe de Miscelánea. Al igual que el sabio polígrafo, Rivera Manescau acompañó las pequeñas monografías de su libro con ilustraciones a pluma, en este caso incluidas en el texto, dibujadas por don Federico Wattenberg que entonces le asistía como ayudante en el Museo Arqueológico y que tenía una nada corriente vocación artística como demostraría poco después en el gran mural del salón de actos del colegio mayor Santa Cruz. Transcurridos 43 años desde aquella primera edición se tomó el acuerdo de realizar otra facsimilar del libro de Rivera Manescau, en esta ocasión con prólogo del catedrático de paleografía don José Manuel Ruiz Asencio, siendo ésta mucho más aparente en su presentación que la modesta original. De nuevo en 2013, mi predecesor en el rectorado, don Marcos Sacristán Represa, decidió con buen criterio que el libro seguía manteniendo la frescura, la amenidad y el interés iniciales y que un clásico de la bibliografía universitaria merecía continuar siendo editado con el debido decoro. Agotada desde hace algún tiempo la quinta edición resultaba ineludible acometer la sexta coincidente en el tiempo con el sesenta aniversario del fallecimiento de su autor, la cual prologo con la satisfacción de haber comprobado cómo los estudios históricos consagrados a nuestra universidad han alcanzado un gran impulso y sirven para avalar aún más la consideración que ésta posee de ser la segunda de las universidades del reino de España.