No busquen aquí a un Marx sujeto a modas, a un Marx desinflado de contenido y susceptible de venta como bestseller interesado. Lo que aquí rescatamos es un Marx cargado de fuerza, capaz de ser el elemento aglutinante de un proyecto plenamente revolucionario. Este libro seguirá el hilo de las interpretaciones que cada corriente y cada época han ido dando al marxismo. Se polemizará desde aquí contra aquellas más propias de un pensamiento domesticado y se pretenderá recuperar lo que consideramos la esencia del proyecto consignado en El Capital: demostrar la historicidad del capitalismo, desvelar sus procesos de fetichización y, sobre todo, probar que es un sistema social que puede ser superado. Porque la meta, tanto de Marx como de quienes esto escriben es precisamente ésa: superar el capitalismo; acabar con una economía y con un mercado que no son nada sin dominación y poder, sin violencia de unas clases sobre otras. Por ello, lo que aquí presentamos es un Marx al que llamamos nuestro, pero que tiene una historia muy anterior a la nuestra, y que en América y otras muchas partes del globo pretendió ser aplastada a sangre, picana, capucha y fuego. Se acusó a los suyos, se nos acusó, de ser «delincuentes », «terroristas» y «subversivos». Nos torturaron y nos desaparecieron. Quemaron las personas y los libros, incendiaron las bibliotecas. Querían borrar al marxismo de la faz de la tierra... Pero nuestros muertos no han muerto. Al igual que Marx, renacen con cada nueva rebelión. Así que aquí estamos... Esta lucha no terminó, acaba de empezar.