En 1647-1648 el reino de Nápoles fue sacudido por una revolución coetánea de la Fronda y la revolución inglesa. La historia se ha quedado con la figura de Masaniello, el pescador «mártir» asesinado después de liderar durante diez días una revuelta cuya fuerza desencadenó una Grande Peur y desembocó en una guerra civil. La historiografía suele interpretarla como una revuelta italiana contra el rey ausente, Felipe IV, pero las abundantes fuentes, manuscritas e iconográficas, revelan lo original e inédito de las prácticas políticas y los gestos simbólicos de los sublevados. Permiten descubrir las sedimentaciones de los hechos que los historiadores perciben como un archipiélago de la memoria