La palabra “estadística” se incorporó al vocabulario de la mayoría de las lenguas occidentales a fines del siglo XVIII. Fue el término empleado para designar una novedad científica dotada de fuerte carga política y considerada de utilidad pública. Su desarrollo se produjo en paralelo al de los estados nacionales, como instrumento con el que cualificar los diferentes tipos de poblaciones y definir en qué consistía la “nación”. Algo imprescindible para diseñar políticas públicas y para delimitar el sujeto político sobre el que se construía y legitimaba el Estado. La trayectoria seguida por la nueva ciencia estuvo cargada de contradicciones y hubo varios modelos de institucionalización: aquí se analizan los principales ocurridos en Europa y América Latina. "La novedad estadística" quiere afrontar algunas omisiones que encontramos en la historia oficial de la disciplina y subrayar que la confusión entre modelos y tradiciones ha originado toda una serie de paradojas interpretativas difíciles de resolver. Fenómeno que afecta particularmente a América Latina, protagonista de desarrollos tempranos y atrasos seculares que parecen producirse simultáneamente y que son reflejo de juicios e imágenes preestablecidas vinculadas a su evolución política y al carácter “especial” de su población.