El entorno familiar que vivió Cervantes se convierte en un punto de referencia imprescindible para entender muchos de los personajes femeninos que pueblan su obra. La madre y las hermanas de Cervantes vivieron su vida desde la libertad frente a la opresión social masculina imperante en la época. Obviamente, eso se refleja de una forma directa en la actitud y las palabras que muestran personajes como la Gitanilla, Marcela, Dorotea, etc. Si el famoso discurso de Marcela es un canto a la libertad de la mujer, las palabras de la Gitanilla definen el espíritu que embarga toda la creación literaria de Cervantes: Estos señores bien pueden entregarte mi cuerpo; pero no mi alma, que es libre y nació libre, y ha de ser libre en tanto que yo quisiere.