Ahora que se están celebrando los cinco años de la elección de Jorge Mario Bergoglio como sucesor del apóstol Pedro se han multiplicado los juicios y balances sobre este primer lustro del pontificado. Muchas de estas apreciaciones se han hecho en público y otras han quedado reservadas al ámbito privado; entre las primeras, algunas han adoptado tonos incondicionalmente laudatorios, entusiastas sin el menor acento crítico; entre las segundas ha prevalecido en algunos casos una posición negativa, carente de toda consideración hacia el papa a nivel personal e incluso institucional, irreverente.En este libro no se va a encontrar ni el panegírico obligado ni la diatriba descerebrada. Todo lo contrario. Y esto confirma la coherencia de posiciones y de estilo de su autor, que, por desgracia, muchos de sus colegas han perdido con el paso de los años.