¡Felipe qué flipe se ha ganado su apodo a pulso.! Ha repetido tantas veces ¡qué flipe! cuando le suceden cosas asombrosas, como encontrar el escondite ideal para la comida que no soporta en el comedor, o tropezar con un misterioso móvil parlanchín en el recreo, que es uno de los chicos más conocidos de la escuela. Sin embargo, el día en que se atreve a pulsar la tecla roja del supermóvil en busca de aventuras y descubre que tiene una misión que cumplir en otro mundo… ¡sí que va a flipar de verdad!