Narrada desde la directa primera persona de un no-muerto de Villaverde Alto, «Yo, zombi» parte de la figura de ese popular icono de la cultura de masas como punto de partida para contarnos sus peripecias, pero también sus anhelos y temores, incluso sus preocupaciones más mundanas, en un contexto actual y cercano, imprimiendo una nueva y original vuelta de tuerca al género. En su caída, degradación y voluntad de supervivencia late también la metáfora de una sociedad que produce sus propios horrores para luego apartarlos o ignorarlos.