Esta novela nos adentra en un mundo donde se retratan, sin concesiones, las miserias de unos personajes atrapados en un laberinto oscuro de desaliento; un laberinto por el que se arrastran, se retraen, se esconden, dejando a su paso un rastro imposible de borrar. Cuatro son los protagonistas que entrecruzan sus destinos en una sociedad sórdida y cruel: la Muda, una niña a la que nadie le habla; el doctor don Anselmo Cércio, fruto degenerado de una infancia tortuosa; Lucas, educado en la violencia del hombre, y Berta, «la mujer de la eterna tristeza», loca de desamor, y de pena por el hijo que ella misma enterró. Cuatro voces dispares luchando por sobrevivir, primero en un entorno rural, brutal y desgarrador; luego en una ciudad donde la dictadura hace reinar el miedo y la desesperanza. Los secretos de todos los que les rodean irán marcando y siguiendo el rastro de los cuatro: opio, prostitución, guerra, clandestinidad, religión, sexo
Los personajes, que se ocultan, se muestran, gritan y callan, siempre acaban encontrándose para perseguirse, odiarse, desearse, e incluso para amarse