En las últimas tres décadas, la historia de las mujeres ha avanzado de un modo imparable y en el mundo académico ha alcanzado el reconocimiento general. Es cierto que sus manifestaciones iniciales fueron discutibles en algunos casos y discutidas la mayoría de las veces, pero en la actualidad está bien asentada y en auge en las diversas historiografías europeas y en la norteamericana. La Nueva historia de la mujer se ha propuesto consolidarse como una rama de la historia basada en el intercambio con las demás disciplinas, y hoy es un filón de análisis que ha generado una dinámica propia, con una comunidad de practicantes claramente interdisciplinaria, tal como se propone en este libro. ¿Por qué el siglo XVIII? La respuesta está sin duda en los cambios en las ideas sobre las mujeres, ya que la defensa de estas asumió nuevas formas, y frente al reconocimiento individual y elitista respecto a algunas mujeres, se fue imponiendo un discurso sobre la igualdad de la inteligencia entre hombres y mujeres y de equilibrio en las posibilidades de los dos sexos.