«Algo ingenioso que me recuerda a algunas obras del llamado teatro del absurdo, cuyo gran príncipe fue Ionesco. Una obra de teatro con rasgos muy personales que la hacen de interés.» Albert Boadella¿Dónde se pueden encontrar una frutera, una embarazada, un preso, un malasombra, un anciano, un cura, un deportista, y un maleante?... en la cola de un particular teatro. El va y ven querido lector / en verso se lo querría explicar: / huela a infancia en el teatro, / a guiños de libertad, / y sueñe que siente de nuevo, / que vive sus ratos de azar... / Sin quererlo lo tienta el foro, / lo tienta sin saber tentar / y buscan sus faldas de escena, alegres, / sus pasos, las huellas de su pisar. / De silencios un llanto llora / cuando no logra verlo sino sólo adivinar, / pensando en sus palcos de seda, gruesa tela que se va, / que no consuelan su pesar. / Y, sin embargo, renaciendo usted / con esta obra podrá lograr / tocar el cielo estrellado / volver a la pueril edad. / Porque sabe que, de niño, / uno es feliz de verdad / y, de mayor, pues... sólo estira / las sonrisas de aquella edad. / Creyendo que está soñando, / querrá volverlo a soñar. / Sabiendo que lo ha vivido, / ¡¡al teatro se querrá mudar!! «El texto: un homenaje al mundo del teatro. Su puesta en escena: un reto para cualquier gran director.» Guadalupe Codes Una obra de teatro única, escrita sobre la base de greguerías inéditas de la propia autora. «Tras la farándula se esconde la vida; y ésta es la razón por la que la obra comienza con el balanceo de un moisés, con su vaivén, y concluye con el de la mecedora, con su «va» pero sin su «ven»; el tiempo pasado ya no puede volver. Ambos, el moisés y la mecedora, acunan la vida que tienen en sus brazos, que sostienen, al fin y al cabo.»