A partir de ese día, Woody se olvidó de muchas cosas: se olvidó de lo que le había dicho su madre; se olvidó de regar las rosas de su padre; se olvidó de cómo había llegado hasta él Pudin, el perro que le acompañaba; se olvidó de que aún era un niño porque creía que ya era mayor... Woody y Pudin tomaron el tren para ir al campo a ver al abuelo. Mientras el tren recorría el camino traqueteando, Woody fue recordando lentamente cosas que ya creía olvidadas. Fue como si, después de atravesar un larguísimo y negro túnel, volviera a ver la luz; como si los bellos recuerdos del pasado que habían permanecido ocultos le hubieran estado esperando entre el resplandor de la boca del túnel. La Trienal de Arte de Echigo-Tsumari(Japón)invitó a participar en el certamen a Jimmy Liao. Todos los artistas participantes crean obras en sintonía con el paisaje y las características de su emplazamiento. Jimmy no solo creó el proyecto de sus obras, sino un relato conmovedor y emocionante que las interrelacionara. "Un beso y adiós" es ese relato emotivo y sugerente, que puede parecer sencillo y ligero, pero que, gracias a la fecunda y portentosa imaginación de Jimmy Liao, hace gala de una complejidad y una profunda sabiduría que demuestran la preocupación de su creador por el medio ambiente, la cultura y la vida.