El capitalismo no sólo venció al comunismo: también está derrotando a la democracia. La razón neoliberal- hoy ubicua en los despachos gubernamentales y los centros de trabajo, en la educación y la cultura, en el hogar y en una amplia gama de actividades cotidianas- está configurando todos los aspectos de la existencia en términos económicos y transformando al ciudadano en un simple y explotado homo conomicus. ¿Puede la democracia sobrevivir en estas condiciones? ¿Estamos todavía a tiempo para tirar del freno de emergencia antes de que el neoliberalismo lo arrase todo?