Los judíos han desarrollado dentro del ámbito árabo-islámico, según los materiales encontrados y hasta su etapa moderna y contemporánea, una variante de la lengua árabe conocida como "judeo-árabe", cuyas características principales son el uso del alefato hebreo, la combinación de registros de la lengua hablada dialectal con la lengua árabe clásica o la inclusión de préstamos de la lengua hebrea, entre otras. Pese a que su periodo clásico (siglos X-XV) sea el mejor estudiado, entre 1850 y 1950 asistimos a un resurgimiento de la literatura escrita en judeo-árabe en un momento en que esta parecía dormida, en un fenómeno compartido entre diferentes países de Oriente y Occidente. De esta manera, se publicaron miles de trabajos de diversos géneros como el de la novela, el cuento, traducciones de clásicos universales, poesía, obras de teatro, comentarios bíblicos e, incluso, periódicos, todos ellos con un marcado corte popular, pues la literatura de esta época iba dirigida al total de la población, a la que pretendía educar mediante la lectura. Una de estas obras fue "Ma’aseh Sadiqim" o "Leyendas de los justos" (Maklouf Nadjar, Dusa, Túnez, mediados del siglo XX), compuesta por seis volúmenes con un total de setenta y tres leyendas de temática variada e inédita hasta este momento. A través de ella es posible observar cómo la literatura judeo-árabe moderna no forma un compartimento estanco aislado del legado de siglos anteriores, sino el modo en que la tradición lingüística y literaria procedente de la Edad Media se refleja en el periodo moderno en una relación de dependencia y continuidad.