Un día, tres monos decidieron irse de viaje por el mundo. Después de unas horas de camino, quisieron detenerse un rato para observar qué se veía: la jaula del león, la piscina de la foca y la casa de la jirafa
Volvieron al camino y, cuando decidieron descansar de nuevo, el paisaje que se encontraron era exactamente el mismo. Y otra vez igual. ¿Viajar es siempre tan aburrido?