Somos los primeros que podemos dar vueltas al mundo de forma fácil, asequible y relativamente cómoda. Hasta hace poco, era complicado, difícil y muy arriesgado. La distancia y las costumbres cambian la visión de la realidad. Marcharse lejos enfoca la vida, la ajusta y la valora. La cambia. A veces, el miedo y la pereza obstaculizan la mente y las piernas. Y la aventura y el riesgo se magnifican siempre. «Viajar, sentarse al lado de alguien en la calle y escucharlo. Cualquiera. Esta es una razón esencial por la cual vale la pena vivir.» Un libro para romper tópicos de lugares y de gente sobre los cuales hablamos de oídas. Una elegía a la soledad rodeado de personas en el norte de África, Asia, América y Europa.