La creatividad ha sido vista y entendida como una cualidad inherente a la persona, como una predisposición para relacionarnos con nuestro entorno, como una parte del pensamiento, como una paradoja que es capaz de transformar las adversidades, las debilidades, las situaciones de resistencia, de desesperación en potencialidades y oportunidades para crear, (re)construir y (re)inventarse.