Eric K., escritor frustrado, manipulador vocacional, aficionado al tiro al plato y exempleado de la empresa Bunkers, recorre con su hijo Alexander un mundo postapocalíptico en el que una nada desdeñable proporción de los supervivientes de la crisis humanitaria-ecológico-económica-moral conocida como Segunda Tormenta Perfecta Mundial permanecen recluidos en sus búnkeres particulares. Eric K. conoce las localizaciones y las claves de acceso de varios de estos refugios, y está decidido a saquearlos, a matar a cualquiera que se interponga en su camino y a justificar sus actos ante su vástago, al que le impone, mediante las fabulaciones delirantes que utiliza para presentarse como un justiciero, un sistema de creencias enfermizo. Para el dibujante Raule, la lucha de un padre y un hijo por sobrevivir en un mundo hostil es un argumento muy recurrente en ficciones de todo tipo, pero que en las manos de ese taxidermista de la realidad llamado Marcos Prior se convierte, como todas sus obras, en sangrante carga de profundidad contra la sociedad, mientras que Jordi Pastor dota a esta odisea paternofilial de una narrativa excepcional, escenarios cautivadores y un color, maravilloso color, cargado de malas intenciones. Raule subraya que nada es hermoso, sencillo o amable en este tebeo. Quizás por eso me ha entusiasmado sobremanera.