Formado en el taller como maestro constructor, Palladio (1508-1580) dibujaba la arquitectura con la intención de mostrar sus aspectos formales, técnicos y constructivos de la manera más objetiva posible con la intención de suministrar las verdaderas dimensiones y características materiales de los edificios eliminando todo aquello que pudiera distraer o confundir. Para Palladio los dibujos arquitectónicos no tienen la misión de mostrar cuestiones plásticas, ambientales o visuales de la arquitectura sino aportar los datos necesarios y suficientes para poder entender la obra en su condición física y sin error, evitando malentendidos. El análisis de los dibujos palladianos que incluyó en las ediciones del Vitruvio de Daniele Barbaro (1556 y 1567) y en su propio tratado Quattro libri dell’Architettura (1570) nos permite entender el modo elocuente y preciso en que tradujo a imágenes los aspectos compositivos, estructurales y constructivos que, como arquitecto profesional, le interesaban. Así, el pensamiento arquitectónico de Palladio se nos hace asequible, precisamente, a través de la lectura de sus dibujos.