Con todo el amor que sentía por mi marido, en la cama no lo encontraba nada excitante. Me resultaba sencillamente muy aburrido. Yo no tenía ninguna otra experiencia sexual, pero no podía creerme que aquello fuese todo. Anne (hoy 52, entonces 23 años). Disfruto extraordinariamente al experimentar con diferentes cuerpos. Por eso tengo una especial afición por la forma de los traseros y confieso no poder resistirme a ellos. Ursula (42 años). Mi marido no soportaba que la iniciativa fuera mía. Por lo tanto, no me quedaba otro remedio que sentarme a esperar que mi deseo sexual fuera satisfecho. Petra (39 años). No tenía ningún motivo para separarme de Philipp. Todo iba bien con él. Pero un día al despertar me dije: Esto no puede continuar así eternamente. Quiero tener nuevas experiencias. Anja Bernd no me relacionaba con ninguna otra persona de mi vida, con ninguna tarea que yo realizase, con nada más que con su primera impresión, es decir, conmigo misma. Hiltrud Vivir de pronto con un solo hombre bajo un mismo techo me pareció una concesión a las normas establecidas. Además él quería tener hijos. Sentía tal pánico que aprovechaba cualquier oportunidad para serle infiel. Pensaba que después debería volverme completamente monógama. Inna, (29 años) Fue tan hermoso sentirse de nuevo una mujer atractiva y que te cortejen. Me sentía feliz de no estar mental y físicamente presa de sentimientos maternales. La mujer que soy floreció de nuevo en mí. Carolin ¿Son las mujeres todas unas románticas irredentas, anhelantes de un amor puro para toda la vida, en continua búsqueda de un padre para sus hijos? Falso, la infidelidad femenina es un hecho mucho más frecuente de lo que imaginamos. Y cada vez lo será más porque la mujer ha cambiado; durante siglos su voz fue acallada y sus necesidades ignoradas o desatendidas. Sin embargo hoy, al menos en el mundo occidental, la mujer es cada día más protagonista de su propia vida, y lo es desde que ha decidido experimentar aquello que deseaba. Y entre las numerosas necesidades largamente pospuestas, la de la satisfacción sexual es quizás la que más ha revolucionado su vida. Ahora la mujer se ha decidido a buscar fuera lo que por una razón u otra no encuentra en casa, tal y como históricamente lo han hecho sus maridos. Hoy la mujer también es infiel. Los testimonios de mujeres infieles que Gisela Runte nos presenta distan mucho de parecerse entre si. Las relaciones que cada una de ellas ha tenido, los motivos que las han llevado a mantener otra relación paralela o a buscar encuentros esporádicos y la decisión de hablar de ello o mantenerlo en secreto, nos ayudará a comprender mejor un fenómeno que en la actualidad está más extendido de lo que se piensa.