Perdonar no es fácil. Necesitamos tiempo para perdonar; para proyectar una mirada reconciliadora sobre quien nos ha ofendido. El perdón no es producto del voluntarismo ni del sentimiento. en sentido propio es un acto de fe y es resultado de la acción de Dios en nosotros. A partir de su experiencia pastoral, el P. Marcovits recuerda la grandeza y la felicidad que encontramos en el perdón. Y ofrece algunas consideraciones prácticas, de gran utilidad, para que podamos recorrer el camino que lleva a la gracia del perdón.