En el actual panorama sobre la escuela pictórica sevillana se constata un conocimiento relativamente amplio sobre la figura de Murillo, al que se han dedicado centenares de artículos, varias monografías y distintas exposiciones. Sin embargo, al traspasar las fronteras de la jurisdicción de este artista en el que trabajaron durante un siglo numerosos discípulos y seguidores después, aparece un ámbito poco frecuentado y con escasas aportaciones sobre ellos. Las figuras de Francisco Meneses Osorio, Esteban Márquez y Juan Simón Gutiérrez, pertenecientes a la primera generación de artistas, tenían un catálogo de obras muy escueto ya que muchos de sus lienzos conservados permanecían como anónimos al carecerse de trabajos especializados sobre ellos. Más fortuna ha tenido la segunda generación de seguidores de Murillo, cuyas figuras han sido más estudiadas como es el caso de Alonso Miguel de Tovar y Bernardo Germán Lorente; también se han realizado monografías sobre Juan de Espinal y Domingo Martínez e incluso una exposición sobre las obras de este último artista. Otros pintores como Juan Ruiz Soriano habían quedado diluidos a la sombra de Murillo ya que muy pocas obras de este artista habían sido dadas a conocer. Pretende este trabajo con sus aportaciones aumentar el conocimiento sobre la escuela de Murillo y perfilar algo más el desdibujado panorama que protagonizaron durante más de un siglo después de su muerte sus numerosos seguidores.