Los deportistas constituyen un grupo social con una serie de derechos que presenta particularidades especiales dada la naturaleza específica del fenómeno deportivo. El hecho de que la regulación de las competiciones y todos los aspectos anejos a esta corresponda principalmente a organizaciones con un fuerte sesgo privado (federaciones y ligas profesionales) ha supuesto en muchas ocasiones una contradicción entre las normas estatales y las que emanaban de aquellas, y en este sentido no ha sido infrecuente que ello redundara en la restricción de la esfera de derechos (fundamentales) de los deportistas. A modo de ejemplo puede mencionarse la limitación que padecen los deportistas federados de acceder a los tribunales ordinarios en defensa de sus intereses, su restringido ámbito de libertad de expresión, la menor protección de la integridad física, el cercenamiento de la privacidad en aras de los controles antidopaje o el deficiente tratamiento que reciben los menores deportistas. Estas y otras cuestiones controvertidas sobre la no siempre pacífica relación entre derechos y deporte son las abordadas en los capítulos que componen esta obra.