Es un estudio de la posición de los católicos ante los principales acontecimientos políticos que se vivieron en Europa entre 1919 y 1945. Después de la I Guerra Mundial las sociedades occidentales fueron sacudidas por una serie de crisis, la democracia parlamentaria fue puesta en cuestión y aparecieron "religiones políticas" (comunismo, fascismo, nazismo) que pretendieron no sólo ser una respuesta a los desafíos del momento sino principalmente construir una nueva sociedad desde el control absoluto del Estado. En esta obra se analizan las profundas divisiones del grupo plural y heterogéneo que fueron los católicos ante esa realidad compleja, sus variados puntos de partida y las diferentes acciones e iniciativas que impulsaron. Uno de los espacios en los que esta división se hizo más patente fue España y singularmente la guerra civil. El desencadenamiento de la II Guerra Mundial -la mayor crisis a la que se ha enfrentado Occidente hasta la fecha-, los diferentes desafíos, dramas y amenazas que implicó y la configuración del orden internacional de la postguerra supusieron nuevos retos ante los que los católicos no estuvieron ajenos.