La pequeña tortuga está desolada y triste. Se compara con los demás animalitos del zoo y se lamenta por lo lenta que es. Entre todos conseguirán que pruebe cómo es la velocidad. La jirafa la sube al árbol más alto. Luego, junto con la cebra, el oso, el flamenco, el cocodrilo, la serpiente y muchos animales más se agarran hasta formar un compacto tobogán. Le piden ayuda al niño lector para que dé vuelta el libro hacia un lado y hacia el otro y así, entre todos, le dan un empujoncito a la tortuga que se desliza y sale disparada y feliz. Y aunque cae la noche todos siguen más unidos que nunca, sin poder separarse. Este es un álbum muy atractivo por varias razones: la historia es sencilla y fácil de comprender por todos los niños, más de uno se sentirá identificado con la tortuguita, los dibujos de animales siempre fascinan a los pequeños, la invitación a participar moviendo el libro es un recurso lúdico muy divertido
Y además el cuento deja un poso de enseñanza fundamental. Habla sobre el valor de la amistad. Un vínculo para el que hay que tomarse tiempo, esfuerzo y amor si se quiere construir con solidez. Y, sobre todo, deja claro que no importa llegar rápido sino llegar bien acompañado.