l calificativo que ha recibido Renoir de pintor de la alegría queda perfectamente reflejado en esta selección de doce de sus obras. Resulta atractivo contemplar sus escenas de París, las pequeñas cosas de la vida, los deliciosos gestos de las niñas y mujeres que pinta; todo resulta simple y cercano. En Renoir no hay narración, ni grandes temas, ni mensajes que adivinar. Todo en sus obras es claro, sencillo y directo. Renoir es un pintor de gran colorido, capta lo instantáneo y huye de lo serio y trascendental.