Vuelven el vinilo y Super Mario. Vuelven la Polaroid, el pop de sonido ochentero y El Exorcista en remake. La fiebre retro se va adueñando de la tecnología y sus creaciones. Tecnostalgia, lo llaman. ¿Por qué le ponemos un filtro retro a las fotos? ¿Qué ideología subyace en ese gesto en apariencia casual o menor? Jasmin Cormier disecciona la inclinación nostálgica de la fotografía móvil actual. En su ensayo, explica cómo los filtros retro buscan conferir a las imágenes del smartphone la autenticidad y el aura del viejo álbum familiar, y cómo esa apariencia antigua las convierte en diques de contención simbólicos frente al capitalismo desenfrenado y la fiebre tecnológica. En la segunda parte, Mayka Castellano y Melina Meimaridis analizan la instrumentalización de la nostalgia que lleva a cabo Netflix con sus series. Estas dos visiones sobre la nostalgia tecnológica, manifestación de un profundo cambio cultural, coinciden en una misma inquietud: ante un presente asfixiante y un futuro que desasosiega, el pasado se ha convertido en el asidero más seguro. Va de retro.