Este es el testimonio autbiográfico de una niña que con 12 años experimentó un encuentro personal con Jesucristo. Tras recuperarse de una enfermedad, Lucile se incorpora sin mucha convicción a un grupo parroquial y participa en unas convivencias. Durante esos días, siente cada vez más el desánimo porque no encuentra respuesta alguna de Dios. Hasta que, el último día, se siente transformada ante el Santísimo. A partir de ahí, Lucile comienza un proceso de maduración en su fe y se siente impelida a dar testimonio de su encuentro con Jesús y a animar a los adolescentes como ella a hablar con Jesucristo desde el corazón y a buscar en él la respuesta a sus inquietudes.