El plano de la imagen se centra en el estudio de las cuestiones relativas al espacio de representación y al lugar del espectador, en la reciprocidad entre ambos, y en las modificaciones que han ido sucediéndose en la relación esencial entre estos dos aspectos. La investigación se concreta en un periodo de tiempo determinado, y a través de los casos más paradigmáticos para la definición de una perspectiva arqueológica, más que propiamente histórica, aunque recurriendo al mismo tiempo a elementos escogidos de la historia del arte. Este ensayo, que apareció en primera edición en 1993, es el primero de una serie sobre la Arqueología de la Modernidad que el autor ha terminado con su último libro, Arte e Infinitud.