Gilbert de Tournai fue fraile franciscano, persona cercana a la corte de Luis IX de Francia, predicador insigne, discípulo directo de Buenaventura de Bagnoregio y uno de los exponentes más cualificados de la pedagogía escolástica. Su De modo addiscendi es la tercera parte de una obra más amplia: "Rudimentum doctrinae" (ca.1260- 1270). Un trabajo inédito, que asienta las bases de la primigenia pedagogía franciscana, donde se aborda el análisis de las cuatro causas de la educación: final, eficiente, formal y material, siendo el "De modo addiscendi" su tercera parte o cómo el maestro y el discípulo debían alcanzar la sabiduría. El resultado será un tratado pedagógico dividido en dos partes: una primera, muy recurrente, dedicada a abordar qué es la educación, sus agentes y sus fines; y una segunda, muy innovadora, sobre cómo pensamos y aprendemos. El resultado final será uno de los tratados pedagógicos más importantes de la Baja Edad Media. Obra en la que saldrá triunfante un agustinismo redivivo, mezclado con el neoaristotelismo y la ciencia greco-árabe de la época.