Con sólo doce años, Janina Hescheles fue rescatada en 1943 del campo de concentración Janowski de Lviv (Lwów, Lemberg, Lemberik) en la Galitzia oriental, entonces perteneciente a Polonia, por un grupo de la Resistencia judía. Allí vivió un infierno de muerte y persecución, desde la entrada de los alemanes el 30 de junio de 1941 hasta octubre de 1943, unos pocos días antes de que el campo fuese liquidado. El Holocausto redujo su infancia a un abismo del que escapó gracias a su madurez intelectual. Ya a salvo, en un hogar clandestino de Cracovia, recibió una libreta y un lápiz para que escribiese sus vivencias en el gueto y en el campo de concentración de Lviv, donde asesinaron a toda su familia. Estas memorias son un testimonio histórico único en varios sentidos