Si buscamos modelos para nuestra oración, ciertamente no podemos encontrar uno más perfecto que el mismo Jesús. La oración cristiana ha de ser la oración de Cristo en nosotros y, para que esto sea una realidad, somos llamados a contemplar largamente a Jesús en oración, a fin de tener «los mismos sentimientos de Cristo Jesús», el Hijo de Dios que se hizo hermano nuestro. Albert Vanhoye, con su sensibilidad y su hondura características, es un guía de excepción que nos permite adentrarnos en la oración de Jesús tal y como se transmite en diferentes pasajes del Nuevo Testamento.