Alvar Aalto (1898-1976) dejó una impronta única en el Movimiento Moderno. Influido por el paisaje y la independencia política de su Finlandia natal, diseñó edificios acogedores, sinuosos y empáticos, completamente distintos de los diseños impecables, mecánicos y geométricos que caracterizaban buena parte de la arquitectura europea contemporánea.Desde una iglesia hasta una segunda residencia, una sauna o una biblioteca pública, en las construcciones orgánicas de Aalto el ladrillo y la madera solían ocupar el lugar del revoque y el acero, a menudo incorporando líneas curvas en forma de ola, que se repetían en los diseños de sillas, objetos de cristal y lámparas.Muy pendiente de los detalles, Aalto insistía en el papel humanitario y social de la arquitectura, con afirmaciones como esta: «La arquitectura moderna no se basa en utilizar materiales nuevos inmaduros. Lo más importante es trabajar con materiales que la doten de una línea más humana». Muchos de sus edificios públicos, como el ayuntamiento de Säynätsalo, la sala de conferencias de la Universidad Técnica de Otaniemi, el Instituto Nacional de Pensiones de Helsinki y la Casa de Cultura de Helsinki, pueden considerarse referentes físicos y psicológicos de la reconstrucción de Finlandia tras los estragos de la guerra.A través de una recopilación de sus trabajos más emblemáticos, este libro es una magnífica introducción a la figura de Aalto, arquitecto pionero del diseño progresista y respetuoso con el medio ambiente, y con un arraigado sentido de pertenencia al hogar.